
Qué cómodo es comprar por Internet y que el paquete te llegue en pocos días a casa, ¿verdad? Sin duda lo es, pero hay un impacto medioambiental muy fuerte que no para de crecer.
Uno de los principales problemas es la contaminación generada por el transporte de estos paquetes, desde el centro de distribución del vendedor hasta tu casa. Para hacerlo, como sabes, se utilizan camiones, aviones, barcos y otros medios de transporte que emiten gases de efecto invernadero que afectan directa y agresivamente al cambio climático.
Según un estudio de la consultora de sostenibilidad Quantis, un paquete de tamaño mediano enviado por tierra puede generar alrededor de 181 gramos de CO2. Mientras que un paquete enviado por avión puede generar más de 1.500 gramos de Dióxido de Carbono. Además, muchos de estos paquetes son enviados en cajas grandes y mal diseñadas, lo que significa que ocupan más espacio en los camiones y aviones, lo que a su vez aumenta la cantidad de emisiones.
Otro factor a tener en cuenta es el embalaje utilizado para proteger el producto durante el envío. Los plásticos y otros materiales utilizados en el embalaje pueden ser difíciles de reciclar y pueden terminar en vertederos o incluso en los océanos, lo que representa un peligro para la vida marina y la salud humana.
Y toda esta contaminación se duplica si al recibir el producto, por la razón que sea, lo queremos devolver. Un informe de la consultora Accenture publicado en 2019 indica que las devoluciones pueden generar hasta un 15 % de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al proceso de venta en línea. Además, los productos devueltos, a menudo deben ser reempaquetados o incluso eliminados, lo que genera más residuos y aumenta la huella de carbono.
Hablando de moda, se estima que la tasa de devolución es del 30 %
Las devoluciones de ropa en el comercio electrónico varían según el país, la temporada y el tipo de ropa. Sin embargo, se estima que la tasa de devolución de ropa en el comercio electrónico es significativamente más alta que en las tiendas físicas. Y es comprensible, teniendo en cuenta la falta de uniformidad en tallas entre diferentes marcas. Es una inconsciencia sustituir el probador de una tienda por un paquete de ida y vuelta que contamina, innecesariamente, en exceso.
Según un estudio del portal de moda online Zalando, que se realizó en varios países europeos en 2020, la tasa de devolución de ropa online en Europa es del 23 %, lo que significa que más de una de cada cinco prendas vendidas en línea es devuelta. El estudio indica que las tasas de devolución son especialmente altas para la ropa como vestidos y pantalones, que tienen una tasa de devolución del 30 %.
Pero hay formas de reducir este impacto
Para empezar, lo más efectivo sería optar por comprar directamente acudiendo a las tiendas. A poder ser, favoreciendo el comercio local, de proximidad. Esto, además de evitar miles de emisiones a la atmósfera, contribuiría a la riqueza de tu barrio y a que los pequeños comercios puedan seguir existiendo.
Pero si no puedes vivir sin comprar de forma online, puedes optar por envíos combinados. De esta forma varios productos son transportados juntos en lugar de enviar paquetes separados. Puedes juntar compras con amigos o, si haces el pedido en una misma plataforma, pedirlo todo en una sola vez y no en diferentes días.
También se puede optar por empresas que utilizan envases y embalajes más sostenibles y biodegradables. Infórmate sobre ello y exígelo cuando hagas tus compras para que cada vez haya más empresas que implementen este modelo de envío más comprometido con el medio ambiente.
Seamos conscientes del impacto ambiental de nuestras compras en línea y busquemos formas de reducirlo. Exijámoselo a las empresas. Sus buenas prácticas son, realmente, las que pueden suponer un cambio. Pero corresponde a nosotros recordárselo.
Asier Suescun