La falta de agua ahoga el humedal más grande de Europa

Imagen de wirestock en FreepikA closeup of Gray heron, Ardea cinerea, Donana National Park, bird on the lagoon.

El Parque Nacional de Doñana, considerado el humedal más grande de Europa y hogar de una biodiversidad única, se enfrenta a una grave amenaza: la falta de agua. Además de la sequía y la sobreexplotación del acuífero, la incorporación de nuevas tierras de regadío, muchas de ellas abastecidas ilegalmente, agrava aún más la situación.

Este espacio protegido, que abarca más de 50,000 hectáreas en las provincias de Huelva, Cádiz y Sevilla, alberga ecosistemas acuáticos y terrestres que brindan refugio a especies emblemáticas como el lince ibérico y el águila imperial, ambas en peligro de extinción. Además, Doñana sirve como refugio para miles de especies de aves africanas y europeas.

El problema radica en la escasez de agua que enfrentan los agricultores de la región. Concretamente, es el agua subterránea de los acuíferos lo que está en disputa. La sequía y la sobreexplotación han agotado los acuíferos, poniendo en peligro las reservas de agua en las que dependen tanto los agricultores como el propio humedal.

A esta situación se suma una polémica proposición de ley en tramitación que podría legitimar el uso ilegal de agua en cultivos de regadío, principalmente en la zona conocida como la «corona norte de Doñana». Según datos de WWF, la organización que promovió la creación del parque nacional, esta ley permitiría la incorporación de casi 2,000 hectáreas de cultivos de regadío abastecidos ilegalmente.

Esta proposición de ley ha generado una fuerte oposición por parte de grupos ecologistas, sociales, consumidores e incluso de algunos agricultores que cumplen con la ley. Tanto el Ministerio de Transición Ecológica como la Comisión Europea han expresado su desaprobación y advierten sobre posibles sanciones si se aprueba la ley. 

En junio del pasado 2022, el Tribunal de Justicia Europeo emitió una resolución condenando la extracción de agua subterránea que altera los hábitats protegidos. En esta ocasión, la condena podría resultar en una sanción económica significativa.

La modificación del Plan Especial de Ordenación de la Corona Forestal de Doñana, conocido como «Plan de la Fresa», es el cambio normativo propuesto. Este plan, aprobado en 2014 para abordar el problema de la sobreexplotación de acuíferos ilegales, divide las tierras según su uso en regadío y secano. Sin embargo, no considera la incorporación de tierras de regadío no registradas previamente, muchas de las cuales son explotaciones ilegales. La nueva ley permitiría la aceptación de facto de estas tierras de regadío previamente no registradas.

La sobreexplotación del acuífero y la falta de agua han llevado a los defensores de Doñana a enfatizar la necesidad de disminuir la presión sobre el acuífero. Esto implicaría aplicar el Plan de la Fresa en su forma original, para reducir la presión y asegurar un suministro adecuado de agua para todos. Sin embargo, los partidarios de la reforma legal argumentan que las nuevas tierras de regadío no pueden ser abastecidas con el agua superficial disponible.

Además de representar una amenaza para el humedal, la propuesta legislativa es considerada una injusticia por parte de los agricultores que han cumplido con la ley. Penaliza a aquellos que han seguido las regulaciones mientras premia a aquellos que han extraído agua ilegalmente.

Las estimaciones de WWF indican que actualmente se riegan alrededor de 4,700 hectáreas con pozos ilegales en Doñana, equivalente a más de 5,700 campos de fútbol. La organización ha denunciado repetidamente la desprotección del acuífero y ha presentado quejas ante la Unesco y la Comisión Europea, quienes ya han respaldado las preocupaciones de los conservacionistas. Las futuras resoluciones de estas instituciones determinarán el destino de esta maravilla natural y patrimonio de la humanidad.

El futuro de Doñana dependerá de las decisiones que se tomen para proteger y preservar este importante humedal y su biodiversidad única.